Carolina Herrera (Grandes Diseñadores IV)

María Carolina Josefina Pacanins Niño, más conocida como Carolina Herrera, nace en el 8 de enero de 1939, en el seno de una familia acomodada de Venezuela.

Su padre, gobernador de Caracas organizaba fiestas y galas. Con 13 años, su abuela le presenta al diseñador Balenciaga. Carolina, crece codeándose con la alta costura. Su entorno, su educación y un innato sentido de la elegancia, la llevan a aparecer a sus 32 años en la lista de las mujeres mejor vestidas del mundo. 

Su segundo matrimonio, la lleva a instalarse en Nueva York. Allí entabla amistad, entre otros,  con Jackie Kennedy Onassis, con Andy Wharhol y con la revolucionaria redactora de moda de Vogue y Harper's Bazaar (Diana Vreeland), quien la convence para que cree su propia firma de moda y así, con 42 años, surge la firma Carolina Herrera. Sus creaciones, reflejan a la perfección el estilo y elegancia del  Upper East Side de Manhattan, colándose en los armarios más admirados  de la alta sociedad neoyorkina de los años 80. Sin duda sus amistades, influyeron en su meteórica carrera como diseñadora. Su gran salto se produjo al diseñar el vestido de novia de Caroline Kennedy (Hija de John F. Kennedy y la elegantísima Jackie) Quien fue clienta de la firma durante 12 años. 

Primeras Damas, como Nancy Reagan, Michelle Obama, nuestra reina Letizia o mujeres tan influyentes como Oprah Winfrey o Anna Wintour, se encuentran entre sus fieles seguidoras, además de Nicole Kidman, Jessica Alba, Angelina Jolie, Katie Holmes, Michelle Pfeiffer, Salma Hayek, Taylor Swift, Sofía Vergara, e incluso Lady Gaga.

Aunque se define como una mujer sencilla, amante de su familia y una gran ama de casa, Carolina Herrera, representa el poder del estilo americano más sofisticado, elegante e inteligente. Su carrera como empresaria, no admite discusión, a lo largo de estos años ha conseguido construir una firma sólida que exporta a todo el mundo, con multitud de tiendas propias y con la presencia de su marca en cientos de centros comerciales a nivel mundial.

Después de 37 años al frente de la marca como Directora Creativa, anuncia su retirada, aunque no se retira del todo. ¿Quién mejor que ella para ejercer como embajadora mundial de la firma? Wes Gordon, su mano derecha en la empresa, toma la batuta como Director Creativo y esperemos que siga manteniendo viva la filosofía de la marca... 

La diseñadora venezolana, ha dejado el listón muy alto y la moda le debe mucho. Como por ejemplo:

1.- Su capacidad para reinventar temporada tras temporada la camisa blanca. Esta prenda versátil, atemporal y fácil de combinar, es su prenda fetiche, la cual sintetiza a la perfección la filosofía de la marca. 

2.- Carolina Herrera, nunca se ha dejado llevar por las tendencias. Sus colecciones tienen un estilo propio, calmado y atemporal, tanto, que su primera colección de 1981, sigue siendo perfectamente válida en la actualidad.                                                    

                          

3.- Siempre ha defendido la belleza, aún en tiempos de "feísmo". Con sus diseños y su sentido de lo que sienta bien al cuerpo femenino, busca y pretende que las mujeres se sientan bellas. "No entiendo la moda sin la belleza" se ha cansado de decir.

4.- Su línea de bolsos y perfumes, se han convertido en auténticos best seller, bajo la línea CH, la más asequible de la casa. Las principales capitales de España y del mundo, se han llenado con sus iniciales. Sus bolsos y monederos, deseados e imitados a la par, son una de las señas más reconocibles de la firma. 

5.- El menos es más en cuestión de elegancia. Nos ha enseñado, cómo una joya poderosa combinada con prendas sencillas y colores neutros, es el mejor truco para crear un look impactante.

6.- Que el esmokin no es sólo cosa de hombres. El esmokin femenino, es una prenda, que cualquier mujer que se precie de elegante, necesita en su fondo de armario. Combinados con blusas de tul y con lazada, dan ese punto de femineidad que caracteriza al estilo Carolina Herrera.

7. Insinuar, más que enseñar. Por eso en sus vestidos de fiesta, a veces opta por escotes de un solo hombro o la palabra de honor. 

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