La feria de Abril

En octubre de 1842, un huracán dejó Sevilla arrasada. No estaban los sevillanos para muchas alegrías en aquellos días. Les hacía falta un revulsivo que les hiciera desprenderse de tanta sombra de crisis, de tanto pesimismo. Y, quizás para intentarlo, a dos concejales del municipio se les ocurrió la idea genial: La de solicitar por escrito al Pleno la recuperación de las ferias de Sevilla, una en abril y otra en septiembre. Lo de recuperar tenía todo el sentido, que no en vano el permiso para celebrar ambas lo otorgó Alfonso X el Sabio en 1254, 6 años después de que su padre conquistara Sevilla. Los dos peticionarios fueron dos sevillanos de adopción, dos de los muchos inmigrantes que se enamoraron de Sevilla. José Mª Ybarra y Narciso Bonaplata.Y qué buena idea tuvieron. 

Así lo entendió el Pleno del Municipio que inmediatamente se puso manos a la obra y solicitó de la reina Isabel II "una feria anual en los días 19, 20 y 21 de abril", dejando la de septiembre para más adelante. Una comisión municipal estudió todos los pormenores, hizo sus presupuestos y lo presentaron para su aprobación a la figura equivalente a lo que hoy pudiera ser el delegado del gobierno, el cual impondría una sola modificación. Las fechas feriales deberían ser las del 18, 19 y 20 para no molestar a la feria de Carmona, coincidente en el tiempo con la propuesta inicial.

Y así nació la primera de los tiempos modernos. Se aprobó por el Ayuntamiento el día 18 de septiembre de 1846 y se inauguró el 18 de abril de 1847 en el prado de San Sebastián, con 19 casetas y con un éxito tal de público y de negocio que, ya al año siguiente, se dirigían los encargados de organizar la venta de ganado al municipio para pedirle una mayor presencia de agentes de la autoridad porque "los sevillanos y sevillanas, con sus cantes y bailes, dificultaban la realización de los tratos".


Sevilla, que venía siendo acuciada por un auténtico síndrome de penuria económica y de desánimo, encontró la solución con la Feria de Abril. Negocio, copas de manzanilla, cantes, bailes, alegría... Sevilla en pocas palabras.


Y desde esta perspectiva actual, en unas circunstancias más favorables, y, por lo menos y por ahora, sin huracán, se vuelve a mostrar la Feria de Abril como un bálsamo mitigador de pesimismos y depresiones...

... Así, la noche del "pescaíto", el próximo día 20 de Abril  a las 24 horas se encienden miles de bombillas que iluminan la portada y las calles del Real de la Feria, quedando de esta manera inaugurada la Feria de Sevilla 2015, donde sevillanos y turistas disfrutarán durante 6 días de esta fiesta singular que rinde homenaje al hechizo y al color de la primavera andaluza con el duende y  la alegría de la gente de Sevilla.

Hablar de Andalucía y en especial de la Feria de Sevilla, es pensar en trajes de flamenca, (no de faralaes, que es como les llaman los que se bajan del AVE).

El vestido de flamenca por su hechura, el llamado cuerpo de guitarra, con su escote, el que vaya ceñido a las caderas y que se abra con unos volantes que imprimen al andar un aire más que femenino y alegre... el complementar el conjunto con flores en el pelo, el cual va recogido en un moño para dar esbeltez al cuello y de adorno unos zarcillos, peinetas y pulseras de colores, provocan que la belleza de la mujer y su femineidad se vean realzadas.


El origen del traje de flamenca es la modesta bata de faena que la campesina andaluza vestía durante el siglo XVI, el tejido que usaban era de percal y la bata se remataba abajo con un volante o más (hasta 4). Se empleaban algunas modestas joyas o rudimentarios aros de madera y pulseras pintadas en vivos colores junto con una flor en el pelo y una peina sujetando el moño. Más tarde, en el siglo XVIII se incorporaron adornos con influencia francesa como la mantilla de encaje y la peineta. 


Un dato curioso es que el traje de flamenca es el único traje regional que evoluciona según evoluciona la moda. Quizás por esto se ha creado la pasarela «We Love Flamenco». 

Esta pasarela es la que marca la tendencia de los trajes de flamenca que veremos en las ferias andaluzas. Demostrando de esta manera que el traje de flamenca sigue vivo.  


Las tendencias de este año se decantan más por las telas lisas, dejando un poco de lado los lunares y los estampados florales, incluyendo tonos brillantes como el dorado y el plateado, sobre todo en cinturones y en accesorios. Los escotes se han adornado con originales flecos, por lo que el mantoncillo, este año, se queda guardado. 


Algunos diseñadores han apostado por los tonos morados, el azul eléctrico y el blanco y negro para la noche y vuelven a estar de moda los vestidos con corte canastero y las mangas y faldas con volantes grandes. Pero sobre todo el color de más tendencia fue el amarillo. 





















Personalmente, el amarillo no es un color que llame mi atención (me declaro fiel admiradora del rojo) Este color favorece a cualquier mujer, sea cual sea su color de piel, rubia o morena, mientras que el amarillo no favorece en nada a mujeres con tez blanca y/o color rubio. 

Pero como dice el dicho "Para gustos los colores" y la vida se compone de matices y dado que el color amarillo ha tenido un peso destacado en la pasarela flamenca, aquí os dejo algunos modelos que con distintas tonalidades que espero os gusten.





Sugar Free Col. ©









Comentarios

  1. Sugar me ha gustado mucho. Es super curioso lo que cuentas y nunca está de más el aprender y conocer estas historias. Aunque uno no sea sevillana son historias de nuestro país (bueno en mi caso, mi madre y mi tía son sevillanas, mi abuelo cordobés.......con lo que por mi sangre corre vena andaluza total). Y aquí mi granito de arena de esta poesía que cada vez que la leo me enamoro más de Andalucía. Ahí va.......MARAVILLOSA ANDALUCÍA

    Sevilla para nacer
    Granada para morir
    Málaga de mis amores
    ¡como me acuerdo de ti!.

    Cádiz es un blanco pañuelo
    Y un suspiro en la Bahía
    Huelva es fandango y bandera
    De Aracena a Punta Umbría.

    Córdoba mora y cristiana
    Puente de San Rafael
    Almería y sus parrales
    Olivares de Jaén.

    Quién reniega de su tierra
    debería ser "condenao",
    mi orgullo es ser andaluz
    por “to” los cuatro “costaos”.

    El amor de mis amores,
    lo que más quiero en la vida,
    y ésta es mi tierra señores
    y se llama ANDALUCÍA.

    ATRIBUIDO A FEDERICO GARCÍA LORCA

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    1. Me alegra que te haya parecido interesante. Siéntete orgullosa de tu sangre andaluza, imprime perdonalidad. Viví 9 años en Córdoba y es otro mundo

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