Salvatore Ferragamo (Grandes Diseñadores III)

Los zapatos, el accesorio predilecto de muchas mujeres. Sus colores, sus diseños, sus tacones, sus telas, aportan un estilo muy personal a quien los lleva, se adueñan del look y por supuesto lo mejoran… ¿Dónde está el límite de pares? Tener más y más pares de zapatos se ha convertido, en mi caso, en una obsesión. 


Esta obsesión me lleva a Salvatore Ferragamo. El zapatero predilecto de la alta sociedad, el artista, el creador de sueños. Ama tanto su profesión que ha trabajado para hacerlos únicos y confortables.



Nace en el  año 1898. El undécimo de 14 hijos nacido en una familia de campesinos en un pueblo cerca de Nápoles, llamado Bonito. Con nueve años hizo su primer par de zapatos exclusivos para sus hermanas, a partir de ese momento se dio cuenta que de ahí partiría su fortuna. Durante un año, estuvo bajo la enseñanza del zapatero local. Con 12 años, abre su primera tienda en uno de los cuartos de la casa de sus padres. "En vez de inventar juegos con los otros chicos de mi edad, yo jugaba a trabajar". Con estas palabras recordaba sus inicios Salvatore Ferragamo, en su autobiografía, titulada Zapatero de sueños.



En 1914, se traslada a Estados Unidos, animado por uno de sus hermanos, allí comienza a trabajar en la fábrica de botas cowboys. Convencido de que encontraría la fortuna, se traslada con su hermano mayor a California, en Santa Bárbara abre su primer establecimiento de reparación de calzado a medida. Pero su carácter visionario le lleva a Hollywood. Pronto, las estrellas del momento, como Greta Garbo, Marlene Dietrich y Bette Davis, comenzaron a solicitarle diseños exclusivos, aumentando así su fama y su prestigio y convirtiéndose en el “zapatero de las estrellas”. Era el proveedor de zapatos hechos a mano más lujoso de todo Hollywood.


Aún así, su satisfacción no era completa, no comprendía por qué sus creaciones podían satisfacer tanto a los ojos y sin embargo lastimar de igual manera los pies. En su afán por mejorar sus diseños, ingresa en la University of Southern California para estudiar anatomía. Esto le ayudó a mejorar los modelos, basándose en la forma de los pies de quienes encargaban sus zapatos.


Eva Perón o Marilyn Monroe fueron clientas de Ferragamo, que en 1927 volvió a Italia y se estableció en Florencia, desde allí comenzó a crear los zapatos que son considerados como auténticas obras de arte.


En el 1950, su imperio se expande,  con más de 700 artesanos expertos en crear zapatos hechos a mano, con una producción diaria de 350 pares al día.

Es el creador de la sandalia Rainbow para el papel de Judy Garland en El mago de Oz. También diseñó la sandalia invisible, creación por la que obtiene el Neiman Marcus. Es el responsable del diseño del stiletto de 11 centímetros que luce Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias.



Pero el 7 de Agosto de 1.960, el mundo pierde a su mejor zapatero. El creador de obras de arte y del calzado más cómodo, deja un imperio del que su esposa Wanda es la sucesora, responsable también, del éxito de la marca, a ella la siguieron sus seis hijos, los cuales manejan la compañía que vende artículos como zapatos de lujo supremo, carteras, anteojos, accesorios de seda, relojes, perfumes, incluso una línea de vestir. 




Su hija Fiamma, crea las manoletinas Vara, emblema de la marca y un histórico dentro de la industria del calzado. 


En la actualidad Fulvio Rigoni, está al frente de la dirección creativa de la línea femenina.


El actual presidente es Ferrucio Ferragamo y la vicepresidencia la ostenta Giovanna, que encabezan la representación de la descendencia del fundador (cinco hijos y más de 20 nietos) en una compañía que además de zapatos cuenta con líneas de accesorios, moda hombre y mujer, fragancias y hoteles. Y no podemos olvidar el Museo Ferragamo en el Palazzo Spini Feroni, en Florencia.



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